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miércoles, 24 de octubre de 2012


En la cúspide
del miedo
se esconde
triturando versos
una ínsipida palabra.

Una voz ronca
rota
 desauciada
del abecedario
se impone
y en el impulso homicida
se escapa…
burlando al poeta.

Hilvano

en la comisura de tus labios
la sonrisa perfecta
después del beso.


Un ansiado

espectáculo
de sentimientos
inundan mi estómago
en la cabecera
de un suspiro,
dónde tu boca
es 
deseo.

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